El camino que lleva a Portalrubio
"El camino sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja. Levantado sobre la llanura. Lleno de casas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos...Allí donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida..."
Redacción
En el término de Portalrubio, muy cerca del pueblo, en el camino de Gascueña y en un paraje por todos conocidos como ‘Cuesta Cantero’, se encuentran restos de un buen número de unas peculiares construcciones. Aunque puede parecer que tienen forma de chozas, no son tales por su tamaño y porque que se hallan unas junto a otras en hilera en las laderas de las pequeñas elevaciones o alcarrias habituales de la comarca y además en una zona sedimentaria de estepas yesosas (ver imagen en la que se distinguen claramente los estratos), tan abundantes en toda la Alcarria conquense. Por todo ello, según han explicado a esta redacción nuestros vecinos Marcos López y Matilde García Vicente, y han corroborado otros portalrubieros, se trata de los hornos en los que la población local elaboraba hace tiempo de forma tradicional el yeso para sus construcciones y también existen vestigios de otros tantos similares en la zona cercana a la vega del Río Guadamejud.
Los estratos del terreno nos indican que se trata de una zona sedimentaria.
El yeso se elabora a partir de una roca natural denominada aljez —compuesta por sulfato de calcio hidratado— y para la cremación de esta se construían estos hornos artesanos muy similares a los de cal, también llamados morunos o árabes —son herencia histórica de la ocupación musulmana— siempre cerca de los caminos, no muy lejos de los pueblos, apoyados en laderas del terreno y junto a las canteras o a pie de obra para facilitar el proceso. Eran sencillas construcciones cilíndricas de mampostería de piedra en seco, con altura variable y una abertura de acceso en el frente que se cargaba con piedras de yeso formando una cúpula falsa con las de mayor tamaño.
Las construcciones están cerca del camino y en la ladera del terreno, junto a las canteras.
La cocción se prolongaba durante al menos 24 horas con una alimentación continua de fuego para deshidratar las rocas y así eliminar la humedad y el agua, aunque este proceso era muy heterogéneo y por ello el yeso obtenido tenía unas propiedades y prestaciones muy diferentes de las del yeso industrial actual. Además, tras su sencilla molienda y cribado, que con frecuencia se hacía en construcciones anexas o cercanas a los hornos y por tanto a los yacimientos, el yeso en polvo se podía utilizar inmediatamente, como recoge el ‘Estudio del yeso tradicional en España’ de la Universidad Politécnica de Cartagena.
Hornos de yeso en hilera en una ladera del paraje 'Cuesta Cantero'.
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